Llevo tiempo sin escribir pero no está el horno para bollos. Las crisis de ansiedad se han agudizado y no lo estoy pasando muy bien. Procuro vivir cada día como si fuera el único sin pensar en el mañana y sacarle el mayor provecho (aunque a veces es como exprimir una naranja seca, que no sale ná).
No subo fotos porque no sé hacerlo. Estoy intentándolo pero no me resulta fácil. Soy un poco torpe para estas cosas. Recordar que os dije que esto también es un aprendizaje para mí. Y en ello estoy. ;-)
¿Qué tal con el punto yugoslavo ese? Pues bien y mal. Bien porque sé hacerlo. Y mal porque en la última clase, cuando ya estábamos terminando, me di cuenta que no había centrado la labor (después de pasarme rato y rato y rato... haciendo cuentas) y que tenía que deshacer todo lo que había hecho. Pensé: "Bien, como tengo la toalla de lavabo empezada, continúo haciéndola y dejo la pequeña de modelo." Así lo hice, pero llego a la mitad y...mejor no os lo cuento, ¿verdad?.
Ahora estoy de vacaciones en Peñíscola y como tengo más tiempo procuraré ponerme más al día con el blog.
Ahora mismo estoy en la piscina.¿Qué envidia, eh? Je,je. Sólo estamos cuatro. ¡Menos mal! Y ahora se están yendo los otros dos. ¡Viva! Toda la pisci para nosotros! Ja, ja.
Mi madre estaba toda preocupada, vamos, como todas las madres: "Y así, ¿cómo vas a ir de vacaciones?" "¡Pues en coche!" te entran ganas de contestarle, pero le dices con todo el cariño del mundo: "Para estar tumbada en la cama también lo estoy en la piscina, ¿o no?" Pues aquí, estoy, en la piscina.
Lo que me entristece de veras es que no puedo ir al comedor. Me da la fobia y detrás, como un perrito faldero, una crisis de ansiedad. Y como para eso no estoy hago lo que tengo que hacer: le planto cara, es decir, evito la situación jaja. El personal del hotel es encantador y me dejan subir la comida a la habitación. Mas bien, a mi marido, porque a mi no me ven el pelo. Nunca me había pasado esto a gran escala, pero... llegó el día.
Besitos, besitos, besitos